viernes, 29 de agosto de 2025

 Noventa y cuatro

Hoy vi a mi abuelo sentado al sol, con sus noventa y cuatro años cargados a cuestas. Ya no tiene el mismo color de piel, pero aún conserva el celeste de sus ojos. Ahora mientras filtra el sol por mi ventana, con mi boca aun con gusto a almuerzo pienso; mi hermana pronto a ser madre, una vida nueva al mundo con una diferencia de noventa y cuatro con otra, el nacer y el constante apagarse. En el medio yo, pronto a cumplir cuarenta años, cuanto por vivir como un recién nacido y cuanto ya vivido como un anciano pronto a despedirse. Será este sol que me invadió de nostalgia, nostalgia cargada de sentimientos, de historias. Será que en este rayo está la fuerza de aferrarse a los seres queridos y la luz que nos empuja a vivir. Vivir con el corazón en la mano, hasta gastarnos. Porque hay que llegar gastados al final, para saber que se vivió sin guardarse nada.

Gustavo Girardi

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