Una de las tres marías sigue brillando se está apagando pero sigue brillando ♫♫
domingo, 31 de octubre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010

50 AÑOS
Me van a tener que disculpar. Yo sé que un hombre que pretende ser una persona de bien debe comportarse según ciertas normas, aceptar ciertos preceptos, adecuar su modo de ser a determinadas estipulaciones aceptadas por todos. Seamos más explícitos. Si uno quiere ser un tipo coherente debe medir su conducta, y la de sus semejantes, siempre con la misma idéntica vara. No puede hacer excepciones, pues de lo contrario bastardea su juicio ético, su conciencia crítica, su criterio legítimo. Uno no puede andar por la vida reprobando a sus rivales y disculpando a sus amigos por el solo hecho de serlo. Tampoco soy tan ingenuo como para suponer que uno es capaz de sustraerse a sus afectos y a sus pasiones, que uno tiene la idoneidad como para sacrificarlos en el altar de una imparcialidad impoluta. Digamos que uno va por ahí intentando no apartarse demasiado del camino debido, tratando de que los amores y los odios no le trastoquen irremediablemente la lógica. Pero me van a tener que disculpar, señores. Hay un tipo con el que no puedo. Y ojo que lo intento. Me digo: no puede haber excepciones, no debe haberlas. Y la disculpa que requiero de ustedes es todavía mayor, porque el tipo del que hablo no es un benefactor de la humanidad, ni un santo varón, ni un valiente guerrero que ha consolidado la integridad de mi patria. No, nada de eso. El tipo tiene una actividad mucho menos importante, mucho menos trascendente, mucho más profana. Les voy adelantando que el tipo es un deportista. Imagínense, señores. Llevo escritas doscientas sesenta y tres palabras hablando del criterio ético y sus limitaciones, y todo por un simple caballero que se gana la vida pateando una pelota. Ustedes podrán decirme que eso vuelve mi actitud todavía más reprobable. Tal vez tengan razón. Tal vez por eso he iniciado estas líneas disculpándome. No obstante, y aunque tengo perfectamente claras esas cosas, no puedo cambiar mi actitud. Sigo siendo incapaz de juzgarlo con la misma vara con la que juzgo al resto de los seres humanos. Y ojo que no sólo no es un pobre muchacho saturado de virtudes. Tiene muchos defectos. Tiene tal vez tantos defectos como quien escribe estas líneas, o como el que más. Para el caso es lo mismo. Pese a todo, señores, sigo sintiéndome incapaz de juzgarlo. Mi juicio crítico se detiene ante él, y lo dispensa. No es un capricho, cuidado. No es un simple antojo. Es algo un poco más profundo, si me permiten calificarlo de ese modo. Seré más explícito. Yo lo disculpo porque siento que le debo algo. Le debo algo y sé que no tengo forma de pagárselo. O tal vez ésta sea la peculiar moneda que he encontrado para pagarle. Digamos que mi deuda halla sosiego en este hábito de evitar siempre cualquier eventual reproche. El no lo sabe, cuidado. Así que mi pago es absolutamente anónimo. Como anónima es la deuda que con él conservo. Digamos que él no sabe que le debo, e ignora los ingentes esfuerzos que yo hago una vez y otra por pagarle. Por suerte o por desgracia, la oportunidad de ejercitar este hábito se me presenta a menudo. Es que hablar de él, entre los argentinos, es casi uno de nuestros deportes nacionales. Para ensalzarlo hasta la estratosfera, o para condenarlo a la parrilla perpetua de los infiernos. Los argentinos gustamos, al parecer, de convocar su nombre y su memoria. Ahí es cuando yo trato de ponerme serio y distante, pero no lo logro. El tamaño de mi deuda se me impone. Y cuando me invitan a hablar prefiero esquivar el bulto, cambiar de tema, ceder mi turno en el ágora del café a la tardecita. No se trata tampoco de que yo me ubique en el bando de sus perpetuos halagadores, nada de eso. Evito tanto los elogios superlativos y rimbombantes como los dardos envenenados y traicioneros. Además con el tiempo he visto a más de uno cambiar del bando de los inquisidores al de los plañideros aplaudidores, y viceversa, sin que se les mueva un pelo. Y ambos bandos me parecen absolutamente detestables, por cierto. Por eso yo me quedo callado, o cambio de tema. Y cuando a veces alguno de los muchachos no me lo permite, porque me acorrala con una pregunta directa, que cruza el aire llevando específicamente mi nombre, tomo aire, hago como que pienso y digo alguna sandez al estilo de Y, no sé, habría que pensarlo; o tal vez arriesgo un vaya uno a saber, son tantas cosas para tener en cuenta;. Es que tengo demasiado pudor como para explayarme del modo en que aquí lo hago. Y soy incapaz de condenar a mis amigos al tórrido suplicio de escuchar mis argumentos y mis justificaciones para ellos. Por empezar les tendría que decir que la culpa de todo la tiene el tiempo. Sí, como lo escuchan, el tiempo. El tiempo que se empeña en transcurrir, cuando a veces debería permanecer detenido. El tiempo que nos hace la guachada de romper los momentos perfectos, inmaculados, inolvidables, completos. Porque si el tiempo se quedase ahí, inmortalizando a los seres y a las cosas en su punto justo, nos libraría de los desencantos, de las corrupciones, de las ínfimas traiciones tan propias de nosotros, los mortales. Y en realidad es por ese carácter tan defectuoso del tiempo que yo me comporto como la hago. Como un modo de subsanar, en mis modestos alcances esas barbaridades injustas que el tiempo nos hace. En cada ocasión en la que mencionan su nombre, en cada oportunidad en la cual me invitan al festín de adorarlo y denostarlo, yo me sustraigo a este presente absolutamente profano, y con la memoria que el ser humano conserva para los hechos esenciales me remonto a ese día, al día inolvidable en el que me vi obligado a sellar este pacto que, hasta el presente, he mantenido en secreto. Digamos que mi memoria es el salvoconducto para volver el tiempo al lugar cristalino del que no debió moverse, porque era el exacto lugar en que merecía detenerse para siempre, por lo menos para el fútbol, para él y para mí. Porque la vida es así, a veces se combina para alumbrar momentos como ése. Instantes después de los cuales nada vuelve a ser como era. Porque no puede. Porque todo ha cambiado demasiado. Porque por la piel y por los ojos nos ha entrado algo de lo cual nunca vamos a lograr desprendernos. Esa mañana habrá sido como todas. El mediodía también. Y la tarde arranca, en apariencia, como tantas otras. Una pelota y veintidós tipos. Y otros millones de tipos comiéndose los codos delante de la tele, en los puntos más distantes del planeta. Pero ojo, que esa tarde es distinta. No es un partido. Mejor dicho: no es sólo un partido. Hay algo más. Hay mucha rabia, y mucho dolor, y mucha frustración acumulada en todos esos tipos que miran la tele. Son emociones que no nacieron por el fútbol. Nacieron en otro lado. En un sitio mucho más terrible, mucho más hostil, mucho más irrevocable. Pero a nosotros, a los de acá, no nos cabe otra que contestar en una cancha, porque no tenemos otro sitio, porque somos pocos, estamos solos, porque somos pobres. Pero ahí está la cancha, el fútbol, y son ellos o nosotros. Y si somos nosotros el dolor no va a desaparecer, ni la humillación ha de terminarse. Pero si son ellos. Ay, si son ellos. Si son ellos la humillación va a ser todavía más grande, más dolorosa, más intolerable. Vamos a tener que quedarnos mirándonos las caras, diciéndonos en silencio “te das cuenta, ni siquiera aquí, ni siquiera esto se nos dio a nosotros”. Así que están ahí los tipos. Los once tuyos y los once de ellos. Es fútbol, pero es mucho más que fútbol. Porque cuatro años es muy poco tiempo como para que te amaine el dolor y se te apacigüe la rabia. Por eso no es sólo fútbol. Y con semejantes antecedentes de tarde borrascosa, con semejante prólogo de tragedia, va ese tipo y se cuelga para siempre del cielo de los nuestros. Porque se planta enfrente de los contrarios y los humilla. Porque los roba. Porque delante de sus ojos los afana. Y, aunque sea, les devuelve ese afano por el otro, por el más grande, por el infinitamente más enorme y ultrajante. Porque aunque nada cambie allá están ellos, en sus casas y en sus calles, en sus pubs, queriéndose comer las pantallas de pura rabia, de pura impotencia de que el tipo salga corriendo mirando de reojito al árbitro que se compra el paquete y marca el medio. Hasta ahí, eso sólo ya es historia. Ya parece suficiente. Porque le robaste algo al que te afanó primero. Y aunque lo que él te robó te duele más, vos te regodeás porque sabés que esto, igual, le duele. Pero hay más. Aunque uno desde acá diga “bueno, es suficiente, me doy por hecho”, hay más. Porque el tipo, además de piola es un artista. Es mucho más que los otros. Arranca desde el medio, desde su campo, para que no queden dudas de que lo que está por hacer no lo ha hecho nadie. Y aunque va de azul, va con la bandera. La lleva en una mano, aunque nadie la vea. Empieza a desparramarlos para siempre. Y los va liquidando uno por uno, moviéndose al calor de una música que ellos, pobres giles, no entienden. No sienten la música, pero van sintiendo un vago escozor, algo que les dice que se les viene la noche. Y el tipo sigue adelante. Para que empiecen a no poder creerlo. Para que no se lo olviden nunca. Para que allá lejos los tipos dejen la cerveza y cualquier otra cosa que tengan en la mano. Para que se queden con la boca abierta y la expresión de tontos, pensando que no, que no va a suceder, que alguno lo va a parar, que ese morochito vestido de azul y de argentino no va a entrar al área con la bola mansita a su merced, que alguien va a hacer algo antes de que le amague al arquero y lo sortee por afuera, de que algo va a pasar para poner en orden la historia y las cosas sean como Dios y la reina mandan, porque en el fútbol tiene que ser como en la vida, donde los que llevan las de ganar ganan, y los que llevan las de perder pierden. Se miran entre ellos y le piden al de al lado que los despierte de la pesadilla. Pero no hay caso, porque ni siquiera cuando el tipo les regala una fracción de segundo más, cuando el tipo aminora el vértigo para quedar de nuevo bien parado de zurdo, ni siquiera entonces van a evitar entrar en la historia como los humillados, los once ingleses despatarrados e incrédulos, los millones de ingleses mirando la tele sin querer creer lo que saben que es verdad para siempre, porque ahí va la bola a morirse en la red para toda la eternidad, y el tipo va a abrazarse con todos y a levantar luego los ojos hacia el cielo. Y hace bien en mirar al cielo, porque no sé si sabe, pero ahí están todos, todos los que no pueden mirarlo por la tele ni comerse los codos. Porque el afano estaba bien, pero era poco. Porque el afano de ellos era demasiado grande. Así que faltaba humillarlos por las buenas. Inmortalizarlos para cada ocasión en que ese gol volviese a verse una vez y otra vez y para siempre en cada rincón del mundo. Ellos volviendo a verse una y mil veces hasta el cansancio en las repeticiones incrédulas. Ellos pasmados, ellos llegando tarde al cruce, ellos viéndolo todo desde el piso, ellos hundiéndose definitivamente en la derrota, en la derrota pequeña y futbolera y absoluta y eterna e inolvidable. Así que, señores, lo lamento. Pero no me jodan con que lo mida con la misma vara con la que suponen debo juzgar a los demás mortales. Porque yo le debo esos dos goles a Inglaterra. Y el único modo que tengo de agradecérselo es dejarlo en paz con sus cosas. Porque, ya que el tiempo cometió la estupidez de seguir transcurriendo, ya que optó por dejar que los ingleses tuvieran todavía los otros días de su vida para tratar de olvidarse de ese, al menos yo debo tener la honestidad de recordarlo para toda la vida.
De Eduardo Sacheri.
http://www.youtube.com/watch?v=bPkb8f9XzF4
http://www.youtube.com/watch?v=98zsELrIxfM
miércoles, 27 de octubre de 2010
Misiones: 6000 niños desnutridos Lo admitió el gobernador, que dijo que en el 2010 murierion 206 chicos
Los políticos bailan el caño, gobiernan (¿gobiernan?) solo una provincia y sus limítrofes, el resto del país no existe. Tenemos recursos de sobra y se nos mueren los niños de hambre. Hay país te faltan las manos, los píes y sobre todo la cabeza!
Mientras tanto:
Los políticos de turno solo piensan en las próximas elecciones.
Invierten 600 millones de pesos en Fútbol.
Siempre buscan culpables no soluciones.
Texto extraido de un informe: "Hambre en el granero del mundo"
Vergüenza: en Argentina, donde se producen alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año. Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. "No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes" dice el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo.En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer cumpleaños. En Cuba, la tasa de mortalidad infantil es de cinco por mil.

Algunos hacen del mundo algo cuadrado!
Los políticos bailan el caño, gobiernan (¿gobiernan?) solo una provincia y sus limítrofes, el resto del país no existe. Tenemos recursos de sobra y se nos mueren los niños de hambre. Hay país te faltan las manos, los píes y sobre todo la cabeza!
Mientras tanto:
Los políticos de turno solo piensan en las próximas elecciones.
Invierten 600 millones de pesos en Fútbol.
Siempre buscan culpables no soluciones.
Texto extraido de un informe: "Hambre en el granero del mundo"
Vergüenza: en Argentina, donde se producen alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año. Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. "No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes" dice el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo.En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer cumpleaños. En Cuba, la tasa de mortalidad infantil es de cinco por mil.

Algunos hacen del mundo algo cuadrado!
domingo, 24 de octubre de 2010
Crucifiquenme, por favor!
Perdí todo, las fuerzas, las ganas, los sueños, me siento un papel, un trapo de piso. No tengo ganas de nada, realmente donde esta el amor, que mierda es el amor, que alguien me explique porque realmente yo todos los días que pasan lo entiendo menos. La primavera dura un segundo, el corazón ya no reacciona, no se como y cuando seguir lo juro, no doy mas de caer y levantarme de dar o tratar de dar todo, de colgarme de un sueño y darle, soñando despierto con algo, con alguien, pensar que si que alguna vez te tiene que tocar! Hasta acá llegue no me puedo levantar, juro que una piña de Mike Tyson es menos dolorosa que todo esto, por favor algún salvavidas, ya no tengo ni siento nada, estoy cansado, demasiado, todo por el desAMOR. Lo que daría por estar con vos, después no vengan mujeres con que prefieren a un simpático y amigable, ustedes prefieren el turro hijo de puta que las caga, que jamás las va a tratar como lo que realmente son unas princesas, es así como el cuento, a la larga prefieren al príncipe, y no se dan cuenta que algún sapo es mas valioso que un príncipe elegante que a la larga las terminan engañando. Sinceramente no me dan ganas ni de levantarme, quisiera dormirme en un sueño eterno y al despertarme (si es que lo tengo que hacer por obligación) y poder tener eso que tanta falta me hace, no se que hacer, no se juro que estoy perdido, lo que daría por que alguien me saque este dolor, lo que daría por estar con vos. Crucifíquenme por favor!
Gustavo Girardi
Perdí todo, las fuerzas, las ganas, los sueños, me siento un papel, un trapo de piso. No tengo ganas de nada, realmente donde esta el amor, que mierda es el amor, que alguien me explique porque realmente yo todos los días que pasan lo entiendo menos. La primavera dura un segundo, el corazón ya no reacciona, no se como y cuando seguir lo juro, no doy mas de caer y levantarme de dar o tratar de dar todo, de colgarme de un sueño y darle, soñando despierto con algo, con alguien, pensar que si que alguna vez te tiene que tocar! Hasta acá llegue no me puedo levantar, juro que una piña de Mike Tyson es menos dolorosa que todo esto, por favor algún salvavidas, ya no tengo ni siento nada, estoy cansado, demasiado, todo por el desAMOR. Lo que daría por estar con vos, después no vengan mujeres con que prefieren a un simpático y amigable, ustedes prefieren el turro hijo de puta que las caga, que jamás las va a tratar como lo que realmente son unas princesas, es así como el cuento, a la larga prefieren al príncipe, y no se dan cuenta que algún sapo es mas valioso que un príncipe elegante que a la larga las terminan engañando. Sinceramente no me dan ganas ni de levantarme, quisiera dormirme en un sueño eterno y al despertarme (si es que lo tengo que hacer por obligación) y poder tener eso que tanta falta me hace, no se que hacer, no se juro que estoy perdido, lo que daría por que alguien me saque este dolor, lo que daría por estar con vos. Crucifíquenme por favor!
Gustavo Girardi

Un día se acabo, exploto, al principio era un globito que se iba inflando, que se mantenía con aire mientras vivíamos cosas, a veces tenia muy poco y otras veces iba inflándose cada vez mas, pero en el fondo sabíamos que se inflaba con situaciones que si bien en el momento robaban una sonrisa eran eso mismo, cosas del momento, hoy están y mañana? Ya no. No quiero mentirme a mi mismo porque sabía muy bien que tarde o temprano tenia que pasar algo y paso, se lleno tanto de aire y exploto! Y ahora estoy totalmente vacío, esta vez es enserio nada ni nadie me puede levantar el animo, es raro no quería que llegue y llego el día en el que realmente no tengo fuerzas, la soledad me gano y por afano y juro que ya no será tan fácil levantarme.
Gustavo Girardi
Yo estuve muy solo, pero solo sin recuerdos, yo estuve muy solo, pero solo y nada más. (Miguel Abuelo)
sábado, 23 de octubre de 2010
Ya he perdido el olor de los duraznos, mis ojos ven fantasmas en la gente al pasar, ya he cambiado de piel en estos días, hoy soy; hoy otro; y cuando paso no me ven. El tiempo al borrarse por mis dedos no me duele, mi cara en el espejo ya no tiene aquel color, ya no reconozco la calle en que camino, el lugar donde duermo ya no es más mi lugar. Estoy aquí parado, sentado y acostado, me han crucificado, pero todo me viene igual, estoy aquí parado, sentado y acostado, me han crucificado, pero todo me viene igual. Las cosas que yo veo son cosas sin historias, sin tiempo y sin memoria, son cosas nada más. Yo estuve muy solo, pero solo sin recuerdos, yo estuve muy solo, pero solo y nada más. Me acerco a una piedra y la miro sin pensarla, la toco sin nombrarla, la toco y nada más. Estoy aquí parado, sentado y acostado, me han crucificado, pero todo me viene igual, estoy aquí parado, sentado y acostado, me han crucificado, pero todo me viene igual. No tengo nombre, no tengo amigos, no tengo lenguaje, no tengo verdad, no tengo altura, no tengo dios, no tengo a nadie para llorar. Este es mi cuerpo, siento a mi alma, en corazón abierto caen estrellas. No tengo claves para decirte: "esta siembra es el canto de la libertad". Yo soy un minero, mi meta es el oro, lo encuentro en los pliegues de cualquier latir. Espero al mañana de la gran ventana, el trapecio del tiempo se alejó de mi. Sembró el jardinero y crecieron arbustos, pero su memoria no lo traicionó, y la semilla bajó de la tierra, abrió su coraza y un brote soltó.
Miguel Abuelo
Miguel Abuelo
domingo, 17 de octubre de 2010

Y un día después de mi cumpleaños y el mismo día en el que el cielo cantaba e invitaba a todos los soñadores al cumpleaños de John Lennon, Andrés Calamaro volvió a Mar del Plata.
El echo de haber viajado siempre le aporta una cuota especial, pero era a mi entender el mejor regalo de cumpleaños que podía tener, ese mismo sábado el viaje a Miramar, para luego volver a Mdq (para todo el mundo) esa misma tarde-noche, retirar la entrada y esperar con (ansias) el momento único de escuchar a este ser tan especial. Se paso tranquilo sentado y colándome en las conversaciones de los grupitos de salmones que esperaban la hora señalada. Hasta que en un momento la ebullición del publico, se apagan las luces y el comienzo del show. De eso te quiero hablarte.
En alpargatas o sin alpargatas en mdq soy feliz! Mas después de un concierto de puta madre como el que brindo el señor Andrés Calamaro. Se puede ser feliz sin las olas y el viento, sin mirar a una chica en bikini tostándose al sol. Igual llegamos al punto en el que ir a ver a este Señor Cantante y su banda, sea donde sea (si seguimos así solo faltaría en la luna!) es una sensación única e irrepetible (porque cada concierto despierta algo distinto). Lo de Mar del Plata fue inigualable, como cada recital de estos últimos tiempos. Se apagan las luces, el torero sale al ruedo, esta por soñar el primer tema:Los Divinos del nuevo disco On The Rock ( todavía sacamos discos, diría Andrés en un momento del recital), luego la combinación del tema de los Stones y El Salmón el himno infaltable que es la que te dice: Si ya estas en la fiesta! No te confundiste el show es aquí!. La banda y el cantante con multitudes que lo esperan afuera (y cada vez mas cantidades) llevan un recital en el que no falta emoción, recuerdos, lagrimas y momentos en que la adrenalina es llevada a los puntos mas extremos. Están tan afinados en el escenario que estamos en presencia de unos conciertos como nunca antes vistos, la perfección al extremo. Saber llevar de un tema al otro y generar un clima brillante, arriba y abajo del escenario. Obvio que la gente también influye (mucho) el publico argentino, tiene algo que dicho hasta por bandas extranjeras es tan especial, que hasta muchos se quedan asombrados, dicho esto también hay que decir que uno responde de acuerdo a lo que recibe. Y cada día recibimos más de Calamaro y compañía. Del escenario no solo bajan canciones sino que baja amistad, respeto, compromiso, Andrés lleva el ritmo con comentarios picantes, bromas, anécdotas y siempre agradeciendo y recordando a los amigos ausentes, así el siempre recordado Miguel y Pappo, Los Rodríguez (Julián, Daniel y German), Beto Satragni, el ultimo en emigrar y formar parte de los amigos que no están conmigo (léase con Calamaro). Rindiendo homenaje a Sandro, Mercedes y El Che a 43 años de su muerte. Arriba cada canción nos pasa de un estado a otro. De una que te humedece los ojos a otra que no te deja parar de saltar y transpirar la camiseta como lo hace la banda a la par del publico, es palo y palo, es emoción por canción, en una sucesión interminable y cuando ya se corrieron, traspiraron, metieron goles, tuvieron su arco en cero (paradoja con el fútbol) y salieron victoriosos! Llega el momento del primer bises (una especie de alargue) y dejan de nuevo todo el sudor, nosotros prendidos al para-avalanchas para que esos gritos del respetable publico les lleguen a sus oídos y comprendan (tal como nosotros comprendimos que nos aplasto ver al gigante: Andrés Calamaro) que hay algo que tener y muy pocos tenemos! Y Crímenes infaltable, inagotable y el coro que grita a los cuatro vientos me parece que soy de la quinta que vio el mundial 78! y que agregar cuando llega el turno de Flaca.Y cuando aun con el alargue el partido se gano por goleada, llega una especie de penales y de nuevo ahí salieron ganadores, parecía la seria de Italia 90 con el Goyco como estandarte. Se tiraron y taparon todo lo que tenían que tapar y convirtieron todo lo que tenían que convertir y sonaba Imagine y ahí si te juro y créeme que no es mentira, pero en el día de su cumpleaños y desde el cielo John Lennon se puso de pie y se le escapo un lagrimon. Y no exagero, créeme que es verdad. Ahora de todo corazón, de que planeta viniste?
Gustavo Girardi
sábado, 16 de octubre de 2010

"Parece que hubiera una necesidad de vaciarnos el disco duro, para que el mundo virtual tenga cabida rápidamente. Ésta parodia de la vida que estamos viviendo, ésta pintura que se hace de los medios también. Ese estándar de pensamiento que la gente comenta lo que pasa en los medios y no tiene impresiones que comunicarse personales, íntimas y profundas. A mí me parece un mundo paródico que yo no disfruto"
viernes, 8 de octubre de 2010
nada hay que nada prohiba

Estoy tocando aquella canción que no es mi canción ya ves no tengo nada que hacer en esta función No quiero conocer a nadie quiero salir a ver la calle. Estoy en la vereda del sol que ya va a nacer nacer, dar media vuelta al cordón para no volver. Mirar toda la fiesta de afuera, buscando la emoción verdadera. Lejos los barcos llevan la fiesta hacia el mar ella tira monedas al agua con el viento sus enaguas blancas despiden al amor que se ha ido en busca de ese tiempo perdido. Lejos los barcos llevan la fiesta hacia el mar yo estoy volviendo al pueblo allá abajo los primeos habitantes salen a celebrar el sol de los vivos a despertar a un mundo dormido.
SERU GIRAN
¿Que más queres que diga? La letra habla por si sola.

Estoy tocando aquella canción que no es mi canción ya ves no tengo nada que hacer en esta función No quiero conocer a nadie quiero salir a ver la calle. Estoy en la vereda del sol que ya va a nacer nacer, dar media vuelta al cordón para no volver. Mirar toda la fiesta de afuera, buscando la emoción verdadera. Lejos los barcos llevan la fiesta hacia el mar ella tira monedas al agua con el viento sus enaguas blancas despiden al amor que se ha ido en busca de ese tiempo perdido. Lejos los barcos llevan la fiesta hacia el mar yo estoy volviendo al pueblo allá abajo los primeos habitantes salen a celebrar el sol de los vivos a despertar a un mundo dormido.
SERU GIRAN
¿Que más queres que diga? La letra habla por si sola.
jueves, 7 de octubre de 2010

HIMNO DE MI CORAZÓN
Sobre la palma de mi lengua
vive el himno de mi corazón
siento la alianza mas perfecta
que en justicia me une a vos
la vida es un libro útil
para aquel que puede comprender
tengo confianza en la balanza
que inclina mi parecer
Nadie quiere dormirse aquí
algo puedo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
por felicidad yo canto
Nada me abruma ni me impide
en este día que te quiera amor
naturalmente mi presente
busca florecer de a dos
nada hay que nada prohiba
ya te veo andar en Libertad
que no se rasgue como seda
el clima de tu corazón
Nadie quiere dormirse aquí
algo debo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
solo por amor lo canto.
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