Cuando siento frío me abrigo en tu sonrisa, el solo pensarte no me hace mas que tomarte de la mano e invitarte a caminar. Andaremos sin rumbo, logrando el equilibrio sobre el cordón de la vereda, pisando las hojas secas del otoño y sentados en un banco de plaza. Un banco sin dueños, donde aun no se ha escrito ninguna nueva historia. Será el viento que hoy hiere mi cara, el que hoy aun me mantiene alejado de este sueño, las preguntas no tienen respuestas y veo caer la noche sin vos. Nuevamente llego a casa y veo que todo sigue siendo una ilusión. Algún día será cierta, me formara una sonrisa y se llamara como vos.
Gustavo Girardi