sábado, 14 de junio de 2014

De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.

Hace 28 años, nos dejaba Jorge Luis Borges. 
"Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario."
  

Y hoy cumplirías 86 años....






El alma y el corazón
Tercer puesto en el mundial. Autora de los dos goles del partido por el tercer puesto. Lesionada y con un dolor terrible. Argentina es bronce, pero este equipo y esta jugadora son oro. Viejos son los trapos, historia es Luciana Aymar. Su ultimo partido en un mundial, cerca de su retiro y entregando todo, el alma y el corazón, el símbolo de un equipo que adquiere valores gracias al ejemplo de personas que agigantan a la selección. Me pongo de pie ante esta dotada, ante la persona más impresionante que brindo el hockey mundial. Y me pongo de pie y me emociono hasta las lagrimas por un grupo de jugadoras así, terceras carajo! Pero campeonas del alma!


Gustavo Girardi

domingo, 8 de junio de 2014


Lágrimas, todas las emociones juntas ante un equipo con gran amor humano, en la última del partido, el gol y el dos a uno contra las inglesas.

viernes, 6 de junio de 2014

quisiera una canción para un amigo que no puede salir de la melancolía eterna de sufrir...de amor

miércoles, 4 de junio de 2014

“Me estoy atando los zapatos, contento, silbando, y de pronto la infelicidad.
Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organización
mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un color
[...] medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la
perfección del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje,
náusea, sensación insoportable de coacción...” (Cortázar, 1996: 304)