domingo, 8 de febrero de 2015



 No queda más que viento

No hace falta cerrar los ojos para soñar, como así tampoco para recordar. Se recuerda lo lindo y en un instante podemos traer a la mente el presente de aquel momento que nos marco. ¿Recordamos por qué no queremos olvidar? o ¿Por qué no estamos siendo felices y tenemos que buscar en el pasado? Seria muy lindo no ser tan nostálgico y mucho menos cuando la nostalgia es sobre personas que no tenemos en nuestro presente. Así es la visa supongo. Uno en un instante revive su pasado y ese acto de recordar a aquella o aquellas personas que hoy no están, nos damos cuenta que fueron situaciones inolvídales, y ahora no forman parte de los días, pero es así, siempre es así. Hay que esperar que brille el sol y mientras tanto: 
no queda más que viento…


Gustavo Girardi