A-mar
El - ¿Escuchas?
Ella - ¿Qué?
El – El mar, las olas rompiendo en la costa.
Ella – Escucho eso y las gaviotas que vuelan sobre nosotros.
El – Que maravilla, que inmensidad.
Ella – Somos como un granito de arena.
El - ¿Por qué lo decís?
Ella – Fíjate (junto arena entre sus manos) un granito es
insignificante entre tanta arena.
El - ….
Ella - ¿No decís nada?
El – Es que me quede pensando, vos sabes muy bien que pienso
mucho.
Ella – Lo se. Por eso cuando piensas me encanta mirarte.
El – Tenes razón, somos tan pequeños en esta inmensidad.
Ella – Demasiado pequeños.
El – Pero hay cosas que me hacen sentir como Godzilla.
Ella - ¿Cuáles?
El – Estas por ejemplo, ¿o me vas a decir que no?
Ella – La de estar mirando el mar, si lógico.
El – No me refiero solamente el mirar el mar. Sino también a
nosotros.
Ella – (Apoyo su cabeza en el hombro de el)
El – Cuando estamos juntos todo deja de ser insignificante.
Ella – Dejamos de ser granitos de arena.
El – Somos mas inmensos que el mar.
Gustavo Girardi