SESENTA
Te siento respirar lejos de tu lugar, hoy tuve un sueño con vos. Qué locos éramos los dos en los buenos tiempos. Vos deseabas salir de tu eterno jardín, yo de mi tonto fulgor. Cuando encontramos era el fin y la vida el motor. La línea blanca se terminó, no hay señales en tus ojos y estoy llorando en el espejo lo puedo ver. A un hábil jugador, trascendental actor, en busca de aquél papel que justifique con la acción toda fantasía. Que toca el saxofón, mientras su inspiración baila tu forma de ser que desintegra con la piel, una oscura prisión.
Llorando en el espejo, Charly Garcia.