lunes, 29 de marzo de 2021

 

Imagino que alguien llama

Pero es mi inconsciente confundido

Que cree oír voces y ecos

En este cuarto donde reina el silencio

Solo en la noche

El ruido del reloj

La sombra de mi mano en el cuaderno

Al escribir estas líneas

Mi soledad mi única compañía

Mi necesidad de abrazar

De descansar en otros brazos

De cerrar los ojos ese instante

De poder detener al mundo

De encontrar la paz

De sanar

De ser cuidado y querido

De querer y cuidar

De sanarte

De dar paz

De matar dos soledades

De tomarte de la mano

De llevarte a la habitación

De acostarnos

De que te refugies en mi pecho

De nuevo silencio

El tic tac del reloj

La sombra de mi mano en tu cuerpo

Al acariciar tu espalda

Vos mi única y necesaria compañía.


Gustavo Girardi

 

jueves, 18 de marzo de 2021

 

FELICES LOS NORMALES 

Felices los normales, esos seres extraños.

Los que no tuvieron una madre loca,

un padre borracho, un hijo delincuente,

Una casa en ninguna parte,

una enfermedad desconocida,

Los que no han sido calcinados

por un amor devorante,

Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa

y un poco más,

Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,

Los satisfechos, los gordos, los lindos,

Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,

Los que ganan,

los que son queridos hasta la empuñadura,

Los flautistas acompañados por ratones,

Los vendedores y sus compradores,

Los caballeros ligeramente sobrehumanos,

Los hombres vestidos de truenos

y las mujeres de relámpagos,

Los delicados, los sensatos, los finos,

Los amables, los dulces, los comestibles

y los bebestibles.

Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos

y los sueños,

Las ilusiones, las sinfonías,

las palabras que nos desbaratan

Y nos construyen,

los más locos que sus madres,

los más borrachos.

Que sus padres y más delincuentes que sus hijos

Y más devorados por amores calcinantes.

Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.


ROBERTO FERNANDEZ RETAMAR

sábado, 6 de marzo de 2021


 «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo...