sábado, 2 de enero de 2010

A la orrilla de la chimenea

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño. Y si quieres tambien puedo ser tu estacion y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino…O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor que me falta valor para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir “toma mi direccion cuando te hartes de amores baratos de un rato… me llamas”. Y si quieres tambien puedo ser tu trapecio y tu red, tu adios y tu “ven”, tu manta y tu frio, tu resaca, tu lunes, tu hastio…O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda. Y si quieres tambien puedo ser tu abogado y tu juez, tu miedo y tu fe tu noche y tu dia. Tu rencor, tu por que, tu agonia…o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

Sabina

2 comentarios:

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