miércoles, 8 de diciembre de 2010


Hoy se cumplen 30 años del asesinato del mejor músico de la historia de todos los tiempos. Tuve la particularidad que mientras buscaba información me encontré con un encuentro entre John y El Che (11 de Agosto del 66, en Chicago). La particularidad que ambos hitos de la historia que son y serán el ejemplo de varias generaciones en años, fueron asesinados. A Ernesto lo asesinaron el mismo día que cumplía sus 27 años Lennon, un 9 de Octubre y con solo 39 años. Mientras que al ex Beatle un 8 de Diciembre con solo 40 años de vida. A continuación la información que comenta el encentro entre ambos luchadores y precursores de la Paz.

Imagine: Lennon-Guevara

Ernesto Guevara había escuchado su música, pero sobre todo sus letras, y no quiso demorar ese encuentro inevitable, un extraño encuentro con otro luchador por la paz: John Lennon. Chicago, 11 de agosto de 1966. John Lennon se refugió en una vieja cabina de grabación de radio para estar solo y relajarse. Recién salía de una conferencia de prensa bajo la presión del escándalo desatado por sus declaraciones en marzo al London Evening Standard (aunque en Estados Unidos se conoció esto a través de la revista Datebook ) donde afirmó que los Beatles ya eran más famosos que Jesucristo. Situación que en Estados Unidos propició el veto de su música en varias estaciones de radio. Paradójicamente, desde los primeros años de la revolución cubana, los Beatles fueron identificados desde el gobierno como símbolos de la ideología imperialista, enemigos del proceso liderado por Fidel Castro. La censura, dicen, duró hasta 1966 cuando un programa de radio emitió por primera vez una canción del cuarteto de Liverpool. Pero todavía a fines de los sesenta, y en particular en 1968, hubo grandes redadas de hippies y los más recalcitrantes fueron enviados a campos de trabajo para su reeducación. En Cuba no sólo se censuraba su música, sino también otros signos exteriores. Así el reglamento escolar ordenaba combatir “desviaciones” como el pelo largo, los pantalones estrechos y la minifalda, y más de una vez , partidarios del régimen intentaron rapar a los jóvenes melenudos por la fuerza y en plena calle. A los que persistían en rendir culto a los Beatles se les acusaba de “diversionismo ideológico”, concepto que abarcaba actitudes consideradas “antisociales” como el gusto por lo extranjero, la homosexualidad y la hostilidad a la Revolución.De hecho, el famoso canta-autor, Silvio Rodríguez, fue suspendido por elogiar a los Beatles. Por aquella época, Silvio tenía un programa en la televisión, que llevaba como título “Mientras tanto”, con una gran audiencia. Pero, un día se le ocurrió elogiar públicamente la música de The Beatles. A su vez, un trabajador de Radio Progreso también había sido suspendido seis meses de empleo y sueldo por transmitir una canción de Silvio Rodríguez. Jorge Serguera, conocido por Papito, consideraba la música del grupo británico un factor de desviación ideológica. Por ese motivo, se acabó el programa de Rodríguez y sus canciones fueron prohibidas. Aquel 11 de agosto, Lennon con guitarra en mano, levantaba su mirada y ante él estaba otra figura de pelo largo y con sueños de libertad. Guevara no sabía cantar pero tomó una guitarra y cantó, más bien gritó canciones sobre los oprimidos y las causas justas. John lo escuchó sin decir palabra alguna y el Che se fue así como llegó. Ni John ni Ernesto comentaron nunca nada acerca de ese extraño encuentro. Hoy se conoce la existencia de aquel miniconcierto secreto, y ya algunos se han aventurado en decir que ese encuentro marcó en definitiva la producción artística de John. Otros hasta han llegado a escuchar fragmentos de aquellos “cantos” del Che en “Revolución #9″, del album blanco de Los Beatles. El 8 de diciembre del 2000, Fidel Castro y Silvio Rodríguez develaron una estatua del ex beatle John Lennon, en el 20 aniversario de su muerte. Durante el evento, Fidel lamentó no haber conocido antes a Lennon, y agregó: “Hay reivindicaciones que son muy justas”. Desde entonces, John Lennon permanece sentado en La Habana, en imagen de bronce, junto a una placa con una de sus frases: “Dirán que soy un soñador, pero no soy el único”……Mientras que en otro lado de la isla, en Santa Clara, como escuchando esa frase, la estatua del Che Guevara, sonríe.

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