sábado, 8 de octubre de 2011



Que pesima memoria tiene la felicidad,
que siempre nos da charla
y se va sin saludar.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 Noventa y cuatro Hoy vi a mi abuelo sentado al sol, con sus noventa y cuatro años cargados a cuestas. Ya no tiene el mismo color de piel, p...