Se terminan los feriados, los días vacíos. Se entra a saludar a la rutina y nuevamente cargamos con la mochila a cuestas, que pesa y nos molesta. Pues vez que todo es tan solo una ilusión, que al fin y al cabo vuelta a empezar volvemos al camino donde solo hay un par de huellas, buscamos el camino de a dos pero el presente se lo niega, nace una flor un día, pero al tiempo marchita. El sol la seca y se consume, como ocurre con nuestra vida, que ve pasar los minutos en busca de libertad. Al fin las horas le dan el ritmo al día, el oscuro de nuestro interior hace que no diferenciemos de la salida y la puesta del sol, todo el tiempo pareciera noche, convivimos en la oscuridad. Quiero ver, quiero entrar a las puertas de un nuevo mundo, pareciera imposible, el dedo nos señala y nos apunta a que por ahora esto nos toca vivir. Pensaste que algo podía cambiar tu vida, tan solo pensaste. El viento ya te puso las cosas en su lugar y un abrir y cerrar de ojos, de vuelta a empezar. Los dedos te señalan donde te debes sentar y hoy tu rincón es el de la soledad.
Gustavo Girardi
martes, 1 de mayo de 2012
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