·EL HIJO DE LA NOVIA·
"Este restorán lo empecé con Norma. Yo cocinaba, ella atendía: era una
cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de porqué venía la
gente, y ella decía que era por la cocina y yo decía que por su
atención. es que Norma era una cosa... ella sí que era la especialidad
de la casa, con esa sonrisa que tenía, ¡Aquél cartel luminoso!
Imagínate, entraba la gente y ... ¡bum!, se encontraban con esa pintura,
y ahí aparecía la Norma verdadera: más alegre, más luminosa, y claro,
el cliente pensaba que había entrado en, qué sé yo, en el Paraíso por lo
menos. Entonces ella pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la
mejor mesa. Eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor
mesa, y todos se lo creían porque si ella te llevaba, era la mejor mesa.
Te hacía sentir como si fueras el único. Con Francesco nos reíamos
porque cada vez que iba a la cocina, todos, eh, todos, mujeres, niños,
hombres, todos, todos, se quedaban como embobados mirándola, no sabían
si seguían en la Tierra, si era un fantasma, tenían miedo que no
volviera. Y ahí los volvía a sorprender: anotando todo ahí, junto a la
caja, paradita como por arte de magia, como un ángel, mi ángel."
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