Y comprendió que era mejor reír, y comprendió que era mejor
olvidar. Y cargo todos los sueños en su corazón y sonrió. Sonrió día tras día,
sonrió al sol cuando el primer rayo de luz asomaba por la ventana, al día
cuando cruzaba la frontera de la puerta, sonrió al trabajo y a la rutina. Sonrió
a los lindos momentos, como así también supo tomar con calma los no tan buenos.
Sonrió también en su vuelta a casa, cuando el sol le dejaba el paso a la luna y
sonrió cuando nuevamente su cuerpo se deposito en la cama. Y realizo un acuerdo
coexistencial con el tiempo. Ni este lo iba a perseguir, ni él huir del tiempo.
Y sonrió nuevamente sabiendo que un día se encontrarían.
G.Girardi
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