miércoles, 12 de agosto de 2015


No hablar de los inundados significa ignorar un rato la cruel realidad. Nuestros pies están con medias secas, mientras varios argentinos los mantienen mojados. Pero además sienten un frio ajeno a las consecuencias del agua y el clima. Ese dolor que mañana podemos llegar a tener nosotros, el de un ignorado por quienes tienen que cuidarnos. No se pueden echar culpas cuando la gota rebalso el vaso pero si buscar soluciones para empezar a tomarnos las cosas a pecho, vaciarlo y evitarlo a futuro. Todas las mañanas tengo un nuevo folleto del intendente de turno buscando su relección pero las obras no se hacen, cada mediodía pasa el avión que postula al nuevo candidato del oficialismo para la intendencia, pero todo está día a día más abandonado y cada tarde encuentro un nuevo volante debajo de la puerta del partido opositor prometiendo cosas, pero olvidan el deber de cumplirlas cuando ganan y gobiernan ellos. Las únicas manos que ayudan son las del pueblo, gana de nuevo la solidaridad. 

Gustavo Girardi

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