lunes, 7 de octubre de 2019



TE MIRO Y MANTENGO EL RECUERDO


¿Qué te da vida?

La música.

Puede que la lista la conformen algunas cosas más, pero la música es sin dudas una de las primeras respuestas que se me vienen a la mente cuando me preguntan qué cosas me mantienen vivo. Es difícil en estos tiempos de soledad poder mantenerse en pie y sacar fuerzas para seguir. Uno de los defectos es pensar que todas las personas están bien por verlas enteras por fuera, error. Eso es algo que debemos corregir todos y preguntarnos: ¿Que tan rota puede estar aquella persona que por fuera se ven tan esplendida y hermosa?

 Yo no quiero decir que estoy roto, pero sí puedo decir que muchas cosas me faltan y no me refiero a materiales. Hay una gran frase que dice que la vida es eso que se nos pasa mientras nos ocupamos haciendo otros planes. Hora de frenar la pelota y abrir bien los ojos, saber dónde dar el pase y siguiendo con esta metáfora futbolera, dar el pase correcto es dirigir la vida y volcar el juego de vivir para el lugar que más satisfacción nos va a dar.

¿Podrá ser un juego vivir? Sostengo que la vida no es un juego, pero sí debería ser divertido vivirla. Y me hago otra pregunta ¿si no es ahora, cuando? Por eso mismo a tener en cuenta que la vida debe ser vivida de manera urgente y divertida. ¿Qué puede englobar al concepto de diversión? A hacer todas aquellas cosas que nos hacen bien; es ahí cuando no solo englobo a la música dentro del concepto de que es la vida sino muchísimas cosas más.

A eso apuntamos, a la prueba y error pero sin guardarse nada, porque en un parpadear de ojos nos vamos a encontrar viejos y con la vida consumada. Por lo tanto cuanta verdad hay en que el mejor momento siempre es hoy, mañana quien sabe.

Llego la hora de dar más saltos, en un año donde cumplí el sueño del que nunca me podre olvidar de pisar suelo cubano, también va a ser el año de irme a vivir solo. Nada me va a detener y no es algo que no vaya a disfrutar. Lo busque por necesidad, por placer y a eso vamos. Todo con la gota de sudor del sacrificio, del trabajo que espero se mantenga y todos mantengamos. El trabajo es necesario para vivir, pero no hay que vivir para trabajar, sino perderíamos el concepto de no poder disfrutar la vida que tan corta es.

Ahí vamos, quien sabe si fue de la manera soñada. Aunque me pregunto ¿Hubo una manera soñada? La respuesta en este caso me la guardo, quizás porque no la tenga o no quiera pensarla. Lo que puedo asegurar es que estamos en el aire volando como los pájaros y no tengo la necesidad de bajar a la tierra. Llego el momento de tener alas, para la libertad y para no tener techo.

Al principio les hablaba que algunos están rotos por dentro, ¿si yo lo estoy? Puede que esta respuesta si la quiera contestar, no me siento roto porque aprendí a sanar. Lo que debo confesar que quizás si me sienta un poco vacío. Volviendo al fútbol, me definiría como un buen jugador al cual le faltan jugadores para completar el equipo. Entiéndase por lo de buen jugador que lo que debía sanar lo sane, lo que debía aprender lo aprendí, pero que ahora está buscando jugar en un equipo con jugadores que lo acompañen hasta el final de su carrera, conservando los buenos y sumando incorporaciones positivas, de esas que nunca vas a querer que se vayan y te acompañen hasta el retiro.


Pero en ese afán de seguir conservando a esos jugadores e incorporar más, puedo dar fe de que acá me encuentro como cada día y a cada hora alimentando más y más mi persona para ser cada día un mejor jugador y si hablamos de alimento, lo que me alimento a escribir esto fue una canción. Si la música, como hoy, como siempre. . . “Una vez más, te miro y mantengo el recuerdo…”


Gustavo Girardi

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