Como cambian las cosas los años
Como cambian los veranos, parece tan
lejano cuando descalzo corría por el pasillo hasta la puerta de tu casa, era subir
la escalera y sentarme a mirar los partidos con vos. Como nos gustaba hablar de
fútbol. Me acuerdo que me decías: “Anda, sentate que yo ya voy”; mientras
terminabas de ordenar las cosas que quedaban en la cocina después de haber
cenado con el nono. Pero antes de que comience ya estabas sentadita en tu lugar,
la puerta del balcón abierta era la única menara de que un poco de viento nos
refresque ¿te acordas no? Y sacábamos conclusiones, analizábamos, pedíamos
cambios, nos lamentábamos cuando no salía alguna jugada; me preguntabas por ese
jugador nuevo y el nono detrás que me decía, que carita de nene eh y ya jugando
en primera. Pero el entretiempo era lo mejor eh! más si estábamos ganando, ibas
a la cocina y venias con el plato lleno de frutas, que obvio me cortabas en pedacitos.
Y tus comentarios infaltables -¿Qué les pasa hoy a Boca Gusti, están cansados?
-Ya va a venir nona, ya viene.
-Ay diosito que les pasa!! Ahí va dale,
tócala. Pero patea, que esperan, se las sacan de las patas!
-Ahora dale, si es ahora, dale, dale,
goooool.
-Goool, Vamos Boca carajo! Que manera de
sufrir este Boca.
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