martes, 4 de noviembre de 2014



Porque vos estas ahí, estas como todos los días en la parada del colectivo, estas reflejado en la vidriera del negocio que cruzas todos los días, y no hay un segundo que inconscientemente no pienses en como será y quien será la persona que te va a tocar el alma. Y así como miras la hora de tu reloj pulsera y ves que llegas tarde al trabajo, todo lo relacionado con el tiempo te lleva a otro nuevo día, a otras horas y momentos en que estas solo y aun esperando, de la misma manera que el nene de la mano de su madre espera cruzar la avenida, pero vos esperas más, todos los segundos son muchos, demasiados. Y si a todo eso le sumas todo el proceso que llevaría empezar a conocer a alguien pensas que aun estas lejos, lejos del objetivo final. Cuando llegas a casa para desconectarte, miras todo lo que anduviste y lo que tenes y cuesta, cepillas los dientes y acostado pensas, tantos sueños y tantas ganas llevan a no poder conciliar el sueño. A veces pensas en que vas a despertar y vas a tener al lado a la dueña de tus mañanas, que por un arte de magia se salteo toda la introducción y ya son uno más uno. Y así te volviste a dormir, el cansancio te gano, que lindo seria abrir los ojos y saber que ya son dos en el pasto, bajo el sol riendo...


Gustavo Girardi

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