Porque vos estas ahí, estas como todos los días en la parada
del colectivo, estas reflejado en la vidriera del negocio que cruzas todos los
días, y no hay un segundo que inconscientemente no pienses en como será y quien
será la persona que te va a tocar el alma. Y así como miras la hora de tu reloj
pulsera y ves que llegas tarde al trabajo, todo lo relacionado con el tiempo te
lleva a otro nuevo día, a otras horas y momentos en que estas solo y aun
esperando, de la misma manera que el nene de la mano de su madre espera cruzar
la avenida, pero vos esperas más, todos los segundos son muchos, demasiados. Y
si a todo eso le sumas todo el proceso que llevaría empezar a conocer a alguien
pensas que aun estas lejos, lejos del objetivo final. Cuando llegas a casa para
desconectarte, miras todo lo que anduviste y lo que tenes y cuesta, cepillas
los dientes y acostado pensas, tantos sueños y tantas ganas llevan a no poder
conciliar el sueño. A veces pensas en que vas a despertar y vas a tener al lado
a la dueña de tus mañanas, que por un arte de magia se salteo toda la introducción
y ya son uno más uno. Y así te volviste a dormir, el cansancio te gano, que
lindo seria abrir los ojos y saber que ya son dos en el pasto, bajo el sol
riendo...
Gustavo Girardi
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