sábado, 14 de marzo de 2015



Despertar todavía luchando contra los ojos
que durmieron poco
con algunas lagañas que impedían abrirlos con normalidad.
Las cinco y cuarenta en el reloj
las pantuflas, bajar la escalera.
el gato maullando reclamando su alimento
el sol que golpeaba en el patio
demasiado temprano para los sueños
y algo tarde para el canto del gallo.
Corrió la cortina y observo por la ventana
el otoño que nacía,
los árboles con las hojas secas
se seco la cara con la toalla
y aun en bata calentó el agua, preparo las tostadas.
Se sentó en la mesa con el té y la mermelada
saboreo lo dulce, mientras el gato ronroneaba entre sus piernas
se dejo perder en los sabores
trago de a sorbos el té.
Era otra mañana donde se encontraba solo
intento recordar la noche anterior, sus sueños,
pero le fue imposible o no dio tanto esmero por hacerlo
prefiero que el silencio
colorido por el sol y el canto de los pájaros
hablara por el.

Gustavo Girardi

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